Esmeralda y Plinio
La
primera vez que se vieron, fue en una tarde calurosa de Marzo, Esmeralda venía
desde el rio con la ponchera de ropa en la cabeza y cantando lo que ella
llamaba las melodías del monte “Ya viene mi negro, mi negro se acerca, con dos
bloque e´ queso y un gajito e cereza” Plinio
se acercaba por el monte buscando el
sendero que llevaba al pueblo, traía consigo dos conejos amarraos de la patas
con una pita amarilla de esas de chinchorro, entonces la vio, la negra Esmeralda
era hermosa, como una noche serena en la que de la luna solo se ve el reflejo,
sus cabellos alborotaos enmarcaban los ojos más bonitos que él jamás había
visto y una sonrisa perfecta como los cielos estrellados, su cuerpo esbelto se dejaba apreciar desde la transparencia
de su batón mojado que dejaba al descubierto la forma de sus senos firmes como
calabazos. Él no supo que decirle, sólo se quedó embobao detrás de un poco de matas,
viendo cómo se acercaban aquellas caderas que se meneaban al son de un canto
que nunca había conocido, pero Esmeralda si le dijo cuando advirtió su
presencia entre los matorrales.
—Ajá
¿y tú que haces ahí? Me estás viendo las tetas ¿verdad?
Plinio
salió —de su escondite con la cara enrojecida y trató con gran esfuerzo
mantener la mirada en los ojos de Esmeralda que se sonreía de la torpeza del
joven.
—Ah,
que es que estás cogiendo conejo. ¿Tú no eres el pelaito de la finca del viejo
Horacio? —le preguntó ella.
—Ningún
pelaito. —respondió él. —Y sí, yo soy el hijo de Horacio García.
—Ajá
y que necesidad tienes tú de anda cogiendo conejo, si de seguro de esos le
llevan todos los días a tu cocinera.
—¡Ah!
Es que a mí me gusta caza´ ¿Qué, no puedo?
—¡Ah,
no! Claro que puedes mijito. —le dijo ella y siguió con su camino con su canto.
—Oye,
pero espera ¿Cómo es qué te llamas tú?
Esmeralda
volteó, lo miró de pies a cabeza, sonrió y siguió su camino. Entonces él corrió
tras ella, le adelantó el paso y le extendió uno de los conejos.
—Si
me dices tu nombre te lo regalo.
—Anda
¿Qué dijiste? A esta la compré con un conejo, no mijitico, no estás ni tibio,
ni aunque me regales los cultivos de yuca que tiene tu papá.
—Pero
si nada más te estoy pidiendo el nombre.
—Ajá,
es que así empiezan, después quieren otra cosa. —le dijo ella sonriendo. ¡Ah! Y
deja de anda mirándome las tetas, que tu papá puede tené toda la plata que
quieras, pero mi papá es más bravo y tu cascarazo te lo mamas por atrevido. Por
cierto, me llamo Esmeralda y no te voy a aceptar ese conejo porque esa vaina
toca desangrarla y pelarla y yo estoy muy ocupada.
—Esmeralda,
es un placer, me llamo Plinio. —le dijo él, muy cortés.
—Ajá
y quien no sabe que tú te llamas Plinio, si todas las pelaitas del pueblo botan
la baba por ti, ni que fueras la gran cosa, yo pensé que eras más simpático de
cerca.
—En
cambio tú si eres muy bonita. —dijo él. —de
todas las mujeres que yo he visto, incluso en la ciudad, no he visto a ninguna
con esa sonrisa.
—Ajá
¿Y por qué me miras las tetas si yo tengo la sonrisa es en la cara? ¿Te gustan,
te gustan? ¿Quieres que me encuere? Cipote vaina, nada más sirven es para la
morbosería.
—Mire,
que pena señorita, no era mi intención incomodarla. —dijo Plinio y siguió de
largo.
— ¡Oye!
—gritó Esmeralda.
Plinio
volteó y ella sonrió, al tiempo que dejó que su batón le rodara por el cuerpo
quedando totalmente desnuda. — ¿Mañana vienes a cazar otra vez?
Bandida la esmeralda esa oyemeeee!
ResponderEliminarjjajajaja Ella quería
Eliminarbandidaaaaaaaaa
Eliminar¿Pa´cuando la segunda parte?
ResponderEliminarPor el momento es una historia con final abierto. <3
EliminarMe encanto������
ResponderEliminarEsta vaina ilustrada seria un hit
Nojodaaaa, tú te imaginas :O
EliminarJoda, su arecostada se la mama la esmeralda en los matorrales.
ResponderEliminarjajajajaj, que basto vale
EliminarQue vaina linda!
ResponderEliminarGracias, por leerme, saludos
EliminarJajajajaa. Tan directa..
ResponderEliminarjajajjja
EliminarJajaja Super Genial Mk, Claro Que Falto La Descripción De Plinio Pa' Ve Si Esta Bueno!! :v Excelente, Espero Que Esa Historia Continúe..
ResponderEliminarEspero la segunda tercera y todas las partes que vengan
ResponderEliminarMe encanto no me dejes picada que quiero saber como continua la historia.
comienza diciendo la primera vez que se vieron... osea que la segunda vez que se vieron si le pego su arreborca en el pajá. jeje. buena esa primo E´costa
ResponderEliminarExcelente escrito, muy buena redacción, cautiva, llama la atención y provoca seguir leyendo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJA la Esmeralda es medio bandidaaa
ResponderEliminarExcelente! Amo este trabajo, la página, sus publicaciones... ��
ResponderEliminarHola lizeth, muchas gracias por tu comentario, un fuerte abrazo para ti.
EliminarGenial en costeñol original .
EliminarQue Vaina Vacanaa !!! Hasta me enamoré de ese plinio jajaja
ResponderEliminarAjooooo Esmeraldita, todo lo que se sabe jajajaja
ResponderEliminarEl costumbrismo no es algo que se le da a todo el mundo. A ti se te da naturalmente. Excelente.
ResponderEliminarAja y entonces? donde esta la segunda parte, la continuación
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